Las principales preguntas que se plantean los directores y responsables de colegios e institutos suelen ser las siguientes:
¿Cómo consigo que los alumnos se involucren en la educación si la vida moderna ofrece tantas distracciones? ¿Cómo establezco relaciones que garanticen un entorno educativo de primera calidad? ¿Cómo obtengo la formación y conocimientos necesarios para mantenerme al día de la generación digital?
Involucrando a los estudiantes
Los métodos tradicionales de enseñanza, basados en tiza y pizarrón, no resultan atractivos para una generación de estudiantes acostumbrada a obtener la información de forma interactiva, a su propio ritmo. La tecnología educativa permite explotar esa experiencia digital y optimizar el aprovechamiento de todo el currículo escolar. Por ejemplo, la utilización de herramientas multimedia anima a los estudiantes a expresarse mediante texto, imagen o vídeo, y a responsabilizarse más de su propio aprendizaje.
Desde luego, muchos estudiantes quedan atrapados en la orilla equivocada de la brecha digital, debido a su edad, capacidad o limitadas oportunidades. Unas buenas herramientas educativas pueden y deben alentar a los estudiantes, independientemente de sus aptitudes o condición social. Esto también incluye a los estudiantes con discapacidades, que pueden utilizar las herramientas digitales de la misma manera que los alumnos sin discapacidad.